Cuando Horacio Quiroga estableció su residencia temporal en la selva de Misiones junto a su familia, adquirió la sana costumbre de contar a sus hijos historias cuyo exótico escenario era el maravilloso y exuberante paisaje que les rodeaba, la selva tropical. Este es el origen de los Cuentos de la Selva, que en un primer momento fueron apareciendo publicados, uno a uno, en revistas bajo el título de Cuentos de mis Hijos. Posteriormente es en el año 1918 cuando se reúnen en formato de libro. Se trata de ocho cuentos en los que los animales son los protagonistas, en un escenario único: la selva, que es a la vez escenario y personaje principal de toda la obra. La fauna está omnipresente y juega su papel.
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Cuentos de la selva
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