«’En todo caso, el equivocado soy yo’, dijo. Ellos sólo querían la independencia, que era algo inmediato y concreto, y ¡vaya si lo han
hecho bien!’ Le tendió al médico la mano en
los puros huesos para que lo ayudara a levantarse, y concluyó con un suspiro:
’En cambio yo me he perdido en un sueño buscando algo que no existe’».
Caído en desgracia tras su gran intento por unificar las regiones que de su mano alcanzaron la soberanía, enfermo del cuerpo y del alma, Simón Bolívar emprende la última jornada entre paisajes exuberantes y un pueblo que no sabe si renegar de su gloria o exaltarlo como inmortal. Esta novela, retrato esencial del Libertador, ilustra de modo insuperable las palabras pronunciadas por García Márquez en 1982 al recibir el Premio Nobel, acerca del destino humano: «… nuestra condición de juguetes de un azar indescifrable, cuya única y desoladora recompensa suelen ser, la mayoría de las veces, la incomprensión y el olvido».