Desde pequeña, Leah ha vivido con akinetopsia, o ceguera del movimiento. Nada se ha movido a su alrededor en los últimos veinte años. Su mundo suele transformarse en un abrir y cerrar de ojos: al parpadear, lo que se encuentre ante ella desaparece. Leah se orienta con la ayuda de un bastón por su barrio de Morningside Heights, en Manhattan. Para quienes la rodean es ciega, pero en realidad lo único que ella no puede ver es el movimiento.
Leah se queda sola tras la muerte de su madre. Ahora vive en el silencio y el orden, sin más contacto humano que su ama de llaves, su doctor, el conserje del edificio y unas ancianas que viven en el piso de arriba. Pero todo cambia cuando Alice se muda al apartamento de al lado. Durante una violenta discusión entre Alice y su marido, Leah descubre, a través de las paredes, que su vecina vive amenazada de muerte.
Una noche, Leah se despierta al sentir que alguien ha entrado a su apartamento; luego pierde el conocimiento y, a la mañana siguiente, se pregunta si el episodio sucedió o si fue solo una pesadilla. Su única certeza es el olor del intruso. Al escuchar la súplica de Alice al otro lado de la pared, Leah toma una decisión que pondrá a prueba su valentía, su fuerza y, en última instancia, su cordura.
Esta fascinante novela explora lo visible, lo invisible y el mundo infinito que se encuentra entre ambos.