Escrita en 1948, un año antes de la muerte de Carías Reyes, cuando ya era visible el cambio parcial en la fisonomía feudal de Honduras y ya se habían producido los primeros conatos de huelga en la zona norte. Las compañías bananeras habían chafado el núcleo capitalista nacional, y los empresarios independientes no podían ignorar la dominación económica y política del capital foráneo.
Esa nueva realidad económica y social es el contenido de Trópico, junto con la desesperación de todos los que sufrían el proceso de proletarización.
Sus personajes razonan, ven su situación de impotencia ante el extraño dominio; sufren las injusticias y se rebelan de un modo individual, no actúan como dirigentes obreros conscientes de su causa. Quieren exterminar físicamente a los capataces inhumanos y las consecuencias les resultan siempre adversas. Pero queda la denuncia tan realista que parece documento histórico.
Esta novela póstuma de Marcos Carías Reyes, prosista de primera clase, inconclusa como la vida misma del autor, pinta con fidelidad la realidad de Honduras, la realidad de hoy.